El movimiento de Comunidades de Aprendizaje surge como
reactivo social ante la incapacidad de la educación formal para responder a las
nuevas y emergentes necesidades de las generaciones actuales y venideras. Desde
este planteamiento se somete a revisión los objetivos, contenidos, y
metodologías educativas actuales y, de modo especial, a los agentes educativos,
escenarios y fines educativos. Aunque bajo el epígrafe Comunidades de Aprendizaje
coexisten gran variedad de significados,
prácticas y propuestas, pueden detectarse una serie de elementos de relevancia
que afectan a alguno de los niveles de la educación formal: las aulas, los
centros educativos, el contexto social y comunitario y el uso de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación.
Las Comunidades de Aprendizaje parten de un principio
regulador, el aprendizaje dialógico. Esta concepción comunicativa defiende que
el aprendizaje depende principalmente de las interacciones entre personas, de
la construcción conjunta de significados. Un modo de desarrollar el diálogo
reflexivo es a través de grupos interactivos. En estos grupos se estimula el
cambio de roles, unas veces se enseña y otras se aprende del otro, la cooperación
y la colaboración. Esta consideración del papel del alumno se aleja de los
enfoques constructivistas de corte más cognitivo, básicamente centrados en los
procesos del alumno, y se centra en otros de índole más social. La atención se
centra ahora en la dinámica interactiva de co-construcción del conocimiento
entre profesor y alumno.
CIBERGRAFÍA:
0 comentarios:
Publicar un comentario